domingo, 3 de junio de 2012

EL LORITO CAROLINO

¡¡¡ AH !!!  LORITO....



Es la hora de  la siesta.

Tranquilidad absoluta en casa de Don Feliciano Alvariza.

Una carreta bien llenita de leña se detiene frente al portón que está abierto no sé si por olvido o por costumbre.

Grita el carrero:  - Patrón, traigo una buena carrada de leña. Purita coronilla.
..............

Espera un momento la contestación.
Nadie aparece pero se oye un:

- ¡¡¡ Descárguela !!!


El carrero, como es proveedor de la casa, sabe muy bien donde debe colocar la leña.  
Así que — una vez terminada la faena golpea las manos gritando:


 - ¡Ya está!


Como nadie responde vuelve a golpear las manos y repite
el "ya está".

Al fin aparece el dueño de casa y muy extrañado mira al carrero que le enseña la buena carrada de "purita coronilla".

-¿Quién le dijo que la descargara?

—  Fui yo, dice orgulloso el loro balanceándose y picoteando el palo de la percha que lo sustenta frente a la cocina.

Ambos hombres se miran asombrados y don Feliciano echando mano al bolsillo le dice al carrero:

 -Pago la compra por orden del loro.

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Extraído del libro: "En la Villa de San Carlos, a vela y querosene"
de Blanca E. Ferraro



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